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Si a usted le diagnostican cáncer de seno durante el embarazo, sus opciones de tratamiento serán más complicadas porque se desea ofrecer el mejor tratamiento contra el cáncer al tiempo que también se desea proteger a su bebé. El tipo y el momento oportuno para el tratamiento tendrá que ser planificado cuidadosamente y coordinado entre su equipo de atención del cáncer y su obstetra.
El objetivo del tratamiento de una mujer embarazada con cáncer de seno es el mismo que cuando se trata a una mujer que no está embarazada: curar el cáncer, siempre que sea posible, o controlarlo y evitar que se propague si no se puede curar. Sin embargo, la inquietud adicional de proteger a un bebé en crecimiento puede complicar más el tratamiento.
Si usted está embarazada y padece cáncer de seno, es posible que tenga que tomar decisiones difíciles. Por lo tanto, asegúrese de conocer todas sus opciones y obtener la ayuda de expertos. Las mujeres embarazadas pueden recibir tratamiento para el cáncer de seno en forma segura, aunque los tipos de tratamientos utilizados y el momento oportuno para el tratamiento pueden ser afectados por el embarazo. Si usted está embarazada y ha sido diagnosticada con cáncer de seno, las recomendaciones para su tratamiento dependerán de:
Por lo general, la cirugía para el cáncer de seno es segura mientras se está embarazada. La quimioterapia parece ser segura para el bebé si se administra en el segundo o el tercer trimestre de embarazo, pero no es seguro administrarla durante el primer trimestre. Otros tratamientos del cáncer de seno, como terapia hormonal, terapia dirigida y radioterapia, tienen más probabilidades de afectar al bebé y generalmente no se administran durante el embarazo.
Las opciones de tratamiento se pueden complicar cuando hay un conflicto entre el mejor tratamiento conocido para la madre y el bienestar del bebé. Por ejemplo, si se le detecta a una mujer un cáncer de seno al comienzo del embarazo y necesita quimioterapia de inmediato, es posible que le pidan que considere terminar el embarazo. Un consejero o un psicólogo debe ser parte de su equipo de atención médica para ayudar a darle el apoyo emocional que podría necesitar.
Algunos estudios más antiguos descubrieron que terminar un embarazo para recibir tratamiento contra el cáncer no mejoró el pronóstico de una mujer. Aun cuando se reportaron fallas en estos estudios, ya no se recomienda rutinariamente terminar el embarazo cuando se detecta cáncer de seno. Aun así, esta opción se puede discutir al contemplar todas las opciones de tratamiento disponibles, especialmente para cánceres agresivos que podrían requerir tratamiento inmediato, como el cáncer de seno inflamatorio.
La cirugía para extraer el cáncer en el seno y los ganglios linfáticos cercanos es una parte importante del tratamiento para cualquier mujer con cáncer de seno en etapa inicial, y es generalmente segura durante el embarazo.
Las opciones para la cirugía del cáncer de seno pueden incluir:
La mastectomía se emplea con más frecuencia en mujeres embarazadas con cáncer de seno ya que la mayoría de las mujeres que se someten a cirugía con conservación del seno necesitan radioterapia posteriormente. La radiación administrada durante el embarazo podría afectar al bebé, por lo que no se puede administrar sino hasta después del parto. Sin embargo, retrasar demasiado la radiación podría aumentar la probabilidad de que regrese el cáncer.
Si el cáncer se descubre en el tercer trimestre, la cirugía con conservación del seno puede ser una opción porque puede haber poco o ningún retraso en los tratamientos de radiación, especialmente si la quimioterapia está prevista después de la cirugía. La radiación normalmente se administra después de completar los tratamientos de quimioterapia. Pero si se encuentra el cáncer en las etapas iniciales del embarazo, esto pudiera representar una demora mayor en el comienzo de la radiación. Para las mujeres en esta situación, la mastectomía probablemente sea una mejor opción que la cirugía con conservación del seno seguida por radiación.
Además de extirpar el tumor en el seno, es necesario extraer uno o más ganglios linfáticos de la axila (ganglios linfáticos axilares) para comprobar si hay propagación del cáncer. Una manera de hacer esto es mediante una disección de ganglios linfáticos axilares (ALND). En este procedimiento se extirpan muchos de los ganglios linfáticos que están localizados debajo del brazo. Otro procedimiento, llamado biopsia del ganglio linfático centinela (SLNB), pudiera ser una opción dependiendo de cuán avanzado esté el embarazo y la etapa del cáncer. En este procedimiento se usan rastreadores ligeramente radiactivos y un contraste azul para identificar los ganglios que son más propensos a contener células cancerosas. La biopsia del ganglio linfático centinela permite al médico extraer menos ganglios. Sin embargo, preocupa los efectos que el colorante utilizado en la SLNB podría causar al bebé. Por estos motivos, algunos expertos recomiendan que solamente se use la SLND más adelante en el embarazo, y no utilizar el colorante azul durante el procedimiento.
Por lo general, la cirugía para el cáncer de seno conlleva poco riesgo para el bebé. Sin embargo, existen ciertos momentos durante el embarazo cuando la anestesia (los medicamentos utilizados que le pondrían a dormir durante la cirugía) puede representar un riesgo mayor para el bebé.
Su cirujano y anestesiólogo, así como un obstetra para casos de alto riesgo, colaborarán para determinar cuál es el mejor momento para realizar la operación durante el embarazo. Si la cirugía se realiza más tarde en el embarazo, puede que su obstetra esté presente solo en caso de que haya cualquier complicación con el bebé durante la cirugía. Sus médicos decidirán conjuntamente qué técnicas y anestésicos son los más seguros tanto para usted como para el bebé.
Dependiendo de la etapa del cáncer, usted puede necesitar tratamiento adicional, como quimioterapia, radioterapia, terapia hormonal y/o terapia dirigida después de la cirugía para ayudar a reducir el riesgo de que regrese el cáncer. Esto se conoce como tratamiento adyuvante. En algunos casos, este tratamiento puede postergarse hasta después del parto.
La quimioterapia (quimio) se puede usar después de la cirugía (como tratamiento adyuvante) para algunos cánceres de seno en etapas más tempranas. También se puede usar por sí sola para los cánceres más avanzados.
La quimioterapia no se administra durante los primeros 3 meses de embarazo (el primer trimestre). Debido a que el bebé se desarrolla mucho durante este tiempo, la seguridad de la quimioterapia no se ha estudiado en el primer trimestre. Además, el riesgo de aborto no provocado (perder al bebé) es el más alto durante este tiempo.
Durante muchos años, se pensaba que toda quimioterapia causaría daño a un feto (bebé en desarrollo) independientemente de cuando se administraba. Sin embargo, los estudios han mostrado que ciertos medicamentos de quimioterapia (como doxorrubicina, ciclofosfamida y los taxanos) no aumentan el riesgo de defectos o muerte del feto, ni problemas de salud tras el nacimiento del bebé, si se administran durante el segundo y tercer trimestre (del cuarto al noveno mes de embarazo), aunque pueden aumentar el riesgo de parto prematuro. Los investigadores aún desconocen si estos niños tendrán efectos a largo plazo.
Si usted tiene cáncer de seno en etapa inicial y necesita quimioterapia después de la cirugía (quimioterapia adyuvante), por lo general se pospone al menos hasta su segundo trimestre. Si usted ya se encuentra en su tercer trimestre al momento de encontrar el cáncer, la quimioterapia se podría posponer hasta después del nacimiento del bebé. En algunos casos, el parto podría ser inducido (provocado) unas semanas antes de la fecha natural. Estos mismos planes de tratamiento puede que se usen en mujeres con una etapa de cáncer más avanzada.
Por lo general, la quimioterapia no se recomienda después de 35 semanas de embarazo ni dentro de 3 semanas de la fecha del parto debido a que puede reducir los recuentos de células sanguíneas de la madre. Esto podría ocasionar un sangrado e incrementar las probabilidades de infecciones durante el parto. Detener la quimioterapia durante las últimas semanas antes del parto permite que los recuentos sanguíneos en la madre se normalicen antes del nacimiento del bebé.
Algunos tratamientos para el cáncer de seno pueden causar daño al bebé y no son seguros durante el embarazo. Si estos tratamientos son necesarios, por lo general se programan después del parto.
Radioterapia: la radioterapia al seno a menudo se administra después de la cirugía con conservación del seno (tumorectomía) para ayudar a reducir el riesgo de que regrese el cáncer. Las altas dosis de radiación utilizadas para este propósito pueden causar daño al bebé durante cualquier momento del embarazo. Esto puede que cause abortos no planeados, defectos congénitos, un lento desarrollo del feto o un mayor riesgo de cáncer infantil. Por esta razón, los médicos no usan la radioterapia durante el embarazo.
Para algunas mujeres cuyos cánceres se descubren cuando el embarazo está más avanzado, es posible hacer una tumorectomía durante el embarazo y esperar hasta después del parto para recibir radioterapia. Sin embargo, este enfoque de tratamiento no ha sido bien estudiado. Esperar mucho tiempo para comenzar la radiación puede aumentar la probabilidad de que regrese el cáncer.
Terapia hormonal: la terapia hormonal a menudo se usa como tratamiento después de la cirugía o como tratamiento del cáncer de seno avanzado en mujeres que padecen cánceres con receptores de hormonas positivos (estrógeno o progesterona). Algunos de los medicamentos de terapia hormonal utilizados para el cáncer de seno son: tamoxifeno, anastrozol, letrozol y exemestano.
La terapia hormonal no se debe administrar durante el embarazo porque puede afectar el bebé. Se debe postergar hasta después del parto.
Terapia dirigida: los medicamentos que tienen como blanco a la proteína HER2, como trastuzumab (Herceptin), pertuzumab (Perjeta), ado-trastuzumab emtansina (Kadcyla) y lapatinib (Tykerb) son una parte importante del tratamiento contra los cánceres de seno HER2 positivos. En las mujeres que no están embarazadas, el trastuzumab se usa como una parte del tratamiento después de la cirugía, se puede usar el pertuzumab con trastuzumab antes de la cirugía, y todos estos medicamentos pueden ser útiles en el tratamiento del cáncer en etapa avanzada. No obstante, según estudios realizados de mujeres que fueron tratadas durante el embarazo, ninguno de esos medicamentos se considera seguro para el bebé si se toma durante el embarazo.
El everolimus (Afinitor) y el palbociclib (Ibrance) también son medicamentos de terapia dirigida que se pueden usar con la terapia hormonal para tratar el cáncer de seno avanzado. Reiteramos que no se considera seguro usar estos medicamentos durante el embarazo.
La mayoría de los médicos recomienda que las mujeres que ya hayan tenido a sus bebés y que vayan a recibir tratamiento para el cáncer de seno deben suspender (o no comenzar) la lactancia (amamantar a sus bebés).
Si se contempla realizar una cirugía del seno, la suspensión de la lactancia ayudará a reducir el flujo de sangre a los senos, haciendo que éstos reduzcan su tamaño, lo que puede ayudar con la operación. Además, ayuda a reducir el riesgo de infección en el seno, y puede ayudar a evitar que se acumule leche materna en las áreas de biopsia o cirugía.
Muchos medicamentos de quimioterapia, terapia hormonal y medicamentos de terapias dirigidas pueden filtrarse en la leche materna, y por tanto afectar al bebé. La lactancia no se recomienda si usted está recibiendo quimioterapia, terapia hormonal o terapia dirigida.
Si usted tiene preguntas específicas, tales como cuándo sería seguro comenzar la lactancia, consulte con el equipo de atención médica. Si usted planea continuar la lactancia después de haberla suspendido por un tiempo, tal vez se requiera planificar esto con antelación. Si necesita asistencia, los expertos en lactancia le pueden ofrecer ayuda adicional.
El embarazo puede hacer más difícil detectar, diagnosticar y tratar el cáncer de seno. La mayoría de los estudios han descubierto que los resultados entre las mujeres con cáncer de seno que están embarazadas y aquellas que no lo están son casi los mismos si los cánceres son encontrados en la misma etapa, pero no todos los estudios coinciden.
Algunos médicos creen que la terminación del embarazo podría ayudar a disminuir el progreso de más cánceres avanzados, y ellos pudieran recomendar esto para algunas mujeres con cáncer de seno en etapa avanzada. Resulta difícil realizar estudios en esta área, y no existen estudios imparciales. La terminación del embarazo facilita el tratamiento, aunque hasta el momento no hay evidencia que indique que la terminación del embarazo mejore la supervivencia general o la respuesta del cáncer .
Por otro lado, los estudios tampoco han demostrado que los retrasos en el tratamiento que algunas veces son necesarios durante el embarazo tengan un efecto en el cáncer de seno. Sin embargo, esta también es un área difícil de estudiar. Finalmente, no existen informes que indiquen que el cáncer de seno por sí solo pueda causar daño al bebé.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad Americana Contra El Cáncer
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Actualización más reciente: septiembre 18, 2019
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