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Muchas de las protuberancias (masas, nódulos o bultos) del seno pueden ser causadas por fibrosis y/o quistes. Estos son cambios no cancerosos (benignos) en el tejido mamario que muchas mujeres padecen en algún momento de sus vidas. Estos cambios en ocasiones son referidos como cambios fibroquísticos, y solían ser denominados enfermedad fibroquística.
La fibrosis y los quistes son más frecuentes en las mujeres que se encuentran en edad fértil, pero pueden afectar a las mujeres de cualquier edad. Estos cambios se pueden encontrar en distintas partes del seno, así como en ambos senos a la vez.
La fibrosis se refiere a una gran cantidad de tejido fibroso, el mismo tejido del que están compuestos los ligamentos y el tejido cicatricial. Las áreas de fibrosis tienen una consistencia como de hule, firme o dura al tacto.
Los quistes son sacos redondos u ovalados que están llenos de líquido dentro de los senos. A menudo se sienten como una protuberancia o masa (bulto) redonda y móvil, que también podría resultar dolorosa al tacto. Son más frecuentes en mujeres de entre 40 y 49 años de edad, aunque pueden presentarse en mujeres de cualquier edad. Los cambios hormonales de cada mes a menudo hacen que los quistes crezcan y éstos se hacen más dolorosos, y a veces más evidentes justo antes de la menstruación.
Los quistes se originan cuando líquido comienza a acumularse dentro de las glándulas de los senos. Los microquistes (quistes diminutos y microscópicos) son demasiado pequeños para poder ser reconocidos al tacto y sólo se detectan al examinar el tejido con un microscopio. Si el líquido continúa acumulándose, se pueden formar macroquistes (quistes de mayor tamaño) que pueden palparse fácilmente y pueden alcanzar un diámetro de alrededor de 1 o 2 pulgadas.
Con mayor frecuencia, los cambios fibroquísticos se diagnostican según los síntomas, como protuberancias, hinchazón y/o hipersensibilidad o dolor en los senos. Estos síntomas tienden a empeorar justo antes de su periodo menstrual, y pueden cambiar durante las distintas etapas de su ciclo menstrual. Es posible que los senos se sientan con protuberancias, y algunas veces puede salir un flujo transparente o ligeramente turbio de los pezones.
A veces, una de las protuberancias podría resultar más dura o presentar otras características que despierten la sospecha de un cáncer. Cuando esto sucede, puede hacerse una ecografía para ver si el tumor es sólido o si es solo un quiste lleno de líquido (quiste simple). Los quistes simples no suelen ser motivo de preocupación. Pero si la ecografía muestra que la protuberancia (masa) es sólida o si el quiste tiene componentes líquidos y sólidos (un quiste complejo), puede que sea necesario realizar una biopsia para asegurarse de que no es cáncer.
La fibrosis o los quistes simples no aumentan su riesgo de padecer cáncer de seno en el futuro. Los quistes complejos causan más preocupación, ya que hay una pequeña posibilidad de que contengan cáncer o que aumenten su riesgo de cáncer más adelante, dependiendo de lo que se descubra al momento de la biopsia.
A menos que esté causando molestias, no es necesario extraer el líquido de los quistes. Sin embargo, se puede extraer el líquido mediante una aguja delgada y hueca que se coloca en el quiste, lo que puede hacerse para confirmar el diagnóstico. Extraer el líquido puede reducir la presión y el dolor durante algún tiempo. Si el líquido se extrae, este puede regresar más adelante, pero los quistes también pueden desaparecer con el pasar del tiempo. Para los quistes que continúan regresando y causando síntomas, la cirugía para eliminarlos puede ser una opción.
La mayoría de las mujeres con cambios fibroquísticos y sin síntomas que causen molestias no tiene necesidad de tratamiento, pero podrían necesitar un seguimiento riguroso. Si la fibrosis le causa molestias leves, es posible que usted se sienta mejor con el uso de sostenes con soporte bien entallados, la aplicación de calor o con analgésicos (medicina contra el dolor) de venta sin receta.
Algunas mujeres indican que los síntomas mejoran si dejan de ingerir cafeína y otros estimulantes contenidos en el café, el té, el chocolate y muchos refrescos. Los estudios no han encontrado que haya un vínculo claro entre estos estimulantes y los síntomas en los senos, pero muchas mujeres consideran que vale la pena tratar de evitar estos alimentos y bebidas durante un par de meses.
Debido a que la hinchazón de los senos en los últimos días de la menstruación resulta dolorosa para ciertas mujeres, algunos médicos recomiendan analgésicos de venta sin receta como acetaminofeno o ibuprofeno, u otros medicamentos. Se ha sugerido que algunos tipos de vitaminas o suplementos herbarios podrían aliviar los síntomas, pero hasta el momento ninguno ha demostrado ser de utilidad, y algunos tienen efectos secundarios si se toman en grandes dosis. Algunos doctores recetan hormonas, como los anticonceptivos orales (pastillas para el control de la natalidad), así como tamoxifeno o andrógenos. Sin embargo, estas hormonas por lo general solamente se utilizan en mujeres con síntomas intensos debido a que también pueden presentar efectos secundarios graves.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
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Actualización más reciente: septiembre 10, 2019
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