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Efectos secundarios

Por qué las personas con cáncer son más propensas a contraer infecciones

Las personas con cáncer pueden tener un mayor riesgo de infecciones debido a los cambios en el sistema inmunitario que controlan los sistemas de defensa de su cuerpo. El cáncer y los tratamientos del cáncer pueden afectar estos sistemas de diferentes maneras. Las personas con cáncer podrían ser más propensas a contraer infecciones debido a:

  • El cáncer mismo
  • Ciertos tipos de tratamiento contra el cáncer
  • Mala alimentación
  • Otros problemas de salud o medicamentos que no están relacionados con el cáncer

Su equipo de profesionales médicos contra el cáncer hablará con usted sobre cualquier incremento en el riesgo de infección que usted pueda tener, así como las medidas que puede tomar para ayudar a prevenir este riesgo. Si el riesgo de debe al tratamiento contra el cáncer, por lo general es temporal debido a que su sistema inmunológico se recuperará eventualmene, pero esto dependerá de su sitaución. Refiérase a nuestro contenido sobre cómo estar alertas y prevenir infecciones en personas con cáncer

Si usted tiene cualquier pregunta sobre si debe tener medidas precautorias especiales para prevenir infecciones, lo mejor es consultaro con su médico quien es la persona que sabe más sobre su situación e historial médico.

Cómo su cuerpo se protege contra las infecciones

Su cuerpo tiene muchas maneras de protegerse contra las infecciones. Es útil entender cómo su cuerpo normalmente hace esto y cómo el cáncer y el tratamiento del cáncer pueden cambiar este proceso. Esto puede ayudarle a comprender por qué las infecciones pueden desarrollarse tan rápidamente y ser tan graves en las personas con cáncer.

La piel y las membranas mucosas

La piel es el órgano más grande del cuerpo y una importante barrera contra las infecciones.  Es su primera línea de defensa para proteger los tejidos internos contra gérmenes dañinos. Cuando la piel se resquebraja, es fácil que los gérmenes ingresen al cuerpo y causen infección.

Las membranas mucosas, que forman la capa de revestimiento rosada y húmeda de la boca, la garganta, la nariz, los párpados, la uretra, la vagina y el sistema digestivo, también actúan como barreras parciales contra las infecciones. Estas membranas normalmente ayudan a protegernos de los gérmenes en el aire que respiramos, en nuestro medioambiente y en nuestros alimentos y bebidas. Los tratamientos contra el cáncer (como quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia, radioterapia o cirugía) y determinados procedimientos (como colocar catéteres, vías intravenosas [IV] o recibir inyecciones) pueden dañar las células de la piel, la piel o las membranas mucosas.   Esto facilita el ingreso de gérmenes al cuerpo.

El sistema inmunitario

Si los gérmenes atraviesan la piel o las membranas mucosas, la tarea de proteger el cuerpo pasa al sistema inmunitario. Su sistema inmunitario consiste en un grupo de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para ayudar a encontrar y atacar los gérmenes que invaden el cuerpo y causan infecciones.

Los glóbulos blancos, una parte del sistema inmunitario, son el principal tipo de células responsables de proteger el cuerpo contra infecciones. Existen distintos tipos de glóbulos blancos y cada uno tiene una función en la defensa del cuerpo contra las infecciones. Normalmente, la mayoría de nuestros glóbulos blancos son neutrófilos. Los neutrófilos son luchadores clave contra las infecciones y forman una importante defensa contra la mayoría de los tipos de infecciones. Los otros tipos de glóbulos blancos (linfocitos, monocitos y macrófagos) también ayudan a combatir las infecciones.

El cáncer en sí mismo puede aumentar el riesgo de infecciones

Algunos tipos de cáncer pueden cambiar la manera en que funcionan las células sanguíneas del sistema inmunitario. Por ejemplo, los linfomas (Hodgkin y no Hodgkin), el mieloma múltiple y la mayoría de los tipos de leucemia comienzan en las células sanguíneas del sistema inmunitario. Otros tipos de cáncer también afectan el sistema inmunitario y sus células. Pueden cambiar las células del sistema inmunitario de modo que las células que una vez protegieron el cuerpo comienzan a interferir con el funcionamiento normal del sistema inmunitario. Las células cancerosas pueden ingresar en las células de la médula ósea donde se producen las células sanguíneas. Las células cancerosas luego compiten con las células normales de la médula ósea por espacio y nutrientes. Si se destruyen o reemplazan demasiadas células normales de la médula ósea, las pocas células que quedan no podrán producir suficientes glóbulos blancos para ayudar al cuerpo a combatir infecciones.

El cáncer también puede dañar otras partes del sistema inmunitario. Un tumor que crece en la piel o en las membranas mucosas puede romper las barreras naturales y permitir que ingresen gérmenes.   Los tumores que son grandes podrían reducir el flujo sanguíneo a tejidos normales ejerciendo presión sobre ellos o sobre su suministro sanguíneo.  Los tumores en los pulmones pueden bloquear el drenaje normal de la mucosidad, lo que puede producir infecciones. Asimismo, otros tipos de tejidos que han sido dañados por el cáncer pueden ser más propensos a infecciones.

Los tratamientos del cáncer pueden aumentar el riesgo de infecciones

Determinados tratamientos contra el cáncer pueden interferir con el funcionamiento del sistema inmunitario. El daño puede ser a corto o a largo plazo. Por ejemplo, si a una persona con cáncer se le extirpa el bazo debido al cáncer, esto causa un daño a largo plazo dado que el bazo forma parte del sistema inmunitario.  Por otro lado, la radioterapia, la inmunoterapia y la quimioterapia, ya sean solas o en combinación, pueden producir daños a corto plazo (temporales) en el sistema inmunitario porque afectan las células sanguíneas del sistema inmunitario durante un periodo de tiempo bastante corto. Un trasplante de médula ósea o de células madre utiliza tratamientos de dosis muy altas para matar las células cancerosas que también dañan la células del sistema inmunitario durante semanas o meses.

Cirugía

Cualquier tipo de cirugía mayor puede debilitar el sistema inmunitario.  La anestesia (los medicamentos que se utilizan para hacer dormir al paciente) pueden desempeñar una función. Al sistema inmunitario podría llevarle de 10 días a muchos meses recuperarse por completo. La cirugía también rompe la piel y puede dañar las membranas mucosas y el tejido debajo de la piel, lo que hace que quede expuesta a los gérmenes. La herida producida por la cirugía (la incisión) es un lugar común para las infecciones. Dado que la cirugía a menudo se utiliza para diagnosticar, estadificar (determinar la etapa de la enfermedad) o tratar a personas con cáncer, es importante saber que la misma puede aumentar el riesgo de ciertas infecciones. Las cosas que aumentan el riesgo de infección después de la cirugía incluyen:

  • La cantidad de tiempo que la persona permanece en el hospital
  • La extensión de la cirugía (cuántos cortes se hicieron)
  • Cuánto tiempo duró la operación
  • La cantidad de sangrado durante la cirugía
  • El estado nutricional de la persona
  • Los tratamientos previos contra el cáncer, tales como quimioterapia o radiación o problemas médicos como diabetes, problemas cardíacos o pulmonares

Las personas con cáncer pueden tomar antibióticos antes y durante un corto tiempo después de la cirugía para ayudarlos a protegerse contra las infecciones.

Quimioterapia

La quimioterapia (a menudo llamada quimio) es la causa más común de un sistema inmunitario debilitado en las personas que reciben tratamiento contra el cáncer. La quimioterapia puede causar neutropenia (una disminución en el número de neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos en la sangre). Esto significa que su cuerpo tal vez no sea capaz de combatir infecciones como debería hacerlo. Los efectos en el sistema inmunitario dependen de muchos factores, tales como:

  • Qué medicamentos de quimioterapia se utilizan
  • La dosis de quimioterapia (la cantidad de cada medicamento que se administra a la vez)
  • Con qué frecuencia se administra la quimioterapia
  • Tratamientos anteriores contra el cáncer
  • La edad de la persona (las personas mayores son más propensas a contraer infecciones, con o sin cáncer)
  • El estado nutricional de la persona
  • El tipo de cáncer
  • Cuánto cáncer hay presente (la etapa del cáncer)

Algunos medicamentos afectan la médula ósea y el sistema inmunitario más que otros. Después que el tratamiento termina, sus niveles de células sanguíneas por lo general vuelven a la normalidad con el tiempo.

Radioterapia

La radioterapia también puede causar niveles bajos de glóbulos blancos, lo que aumenta el riesgo de infecciones.

Los factores que influyen en cómo la radioterapia afecta el sistema inmunitario incluyen:

  • La dosis total de radiación
  • El esquema de radiación
  • La parte del cuerpo que se está tratando con radiación
  • Cuánto del cuerpo se está tratando con radiación
  • Si está recibiendo o no quimioterapia además de radioterapia

La irradiación corporal total o TBI (donde el cuerpo entero de una persona se trata con radiación) es el único tipo  de radiación que puede causar niveles muy bajos de glóbulos blancos.  Este tipo de radiación se puede usar durante un trasplante de médula ósea o de células madre. La radiación se administra con mayor frecuencia a una sola parte del cuerpo, por lo que no daña todo el sistema inmunitario.  Aun así, dependiendo de la dosis y la parte del cuerpo que está siendo tratada con radiación, la piel o las membranas mucosas pueden dañarse, por lo que tiene menos capacidad para impedir el ingreso de los gérmenes. Hoy en día, los tratamientos con radiación se administran con mayor frecuencia en varias sesiones en vez de en una única dosis grande. Esto ayuda a disminuir la cantidad de daño en la piel y los tejidos, la inmunosupresión y el riesgo de infecciones.

Terapia dirigida

Algunos tipos de terapia dirigida pueden afectar el funcionamiento del sistema inmunitario.  Se dirigen a una determinada parte de la célula cancerosa o a una determinada proteína o enzima que está en la superficie de la célula cancerosa. Encontrar estos objetivos ayuda al sistema inmunitario a identificar las células cancerosas más fácilmente para así poder atacarlas.

Inmunoterapia

La inmunoterapia se usa en determinados tipos de cáncer para ayudar al sistema inmunitario a reconocer y atacar las células cancerosas. Esto se puede hacer administrando tratamientos que ayuden a que su propio sistema inmunitario trabaje de manera más ardua e inteligente, o administrándole proteínas artificiales del sistema inmunitario o células modificadas que están entrenadas para encontrar y atacar las células cancerosas. La inmunoterapia a veces se usa sola para tratar el cáncer, o se usa junto con o después de otro tipo de tratamiento. Estos tratamientos ayudan al cuerpo a tener mejores reacciones inmunitarias contra las células cancerosas, pero a veces cambian la forma en que funciona el sistema inmunitario. Debido a esto, las personas que reciben inmunoterapia pueden estar en riesgo de tener un sistema inmunitario más débil y contraer infecciones.

Trasplante de células madre (trasplante de médula ósea)

El término trasplante de células madre (SCT) es el término que se usa para incluir el trasplante de médula ósea (BMT), el trasplante de células madre de sangre periférica (PBSCT) y el trasplante de células madre del cordón umbilical (UCBSCT). Los trasplantes de células madre se utilizan para reemplazar las células de la médula ósea que han sido destruidas por el cáncer, por la quimioterapia y/o la radiación que se usa para tratar el cáncer. Estos trasplantes permiten que los médicos usen dosis muy altas de quimio y/o irradiación corporal total (TBI) para tratar de matar las células cancerosas en el cuerpo.

En el proceso de matar las células cancerosas, también se eliminan las células madre formadoras de sangre de la médula ósea normal del paciente. Debido a esto, las células madre (ya sea de la sangre o de la médula ósea) se extraen del paciente y se guardan antes de que se administre la quimioterapia de dosis alta. O bien, se pueden obtener células madre de un donante o de la sangre del cordón umbilical almacenada. Una vez que se eliminan las células cancerosas, las células madre almacenadas o donadas se administran al paciente para que se puedan producir células sanguíneas y reconstruir el sistema inmunitario.  La quimioterapia de dosis alta que se usa con la TBI causa debilidad más severa del sistema inmunitario que dura por más tiempo. También puede dañar la piel y las membranas mucosas y hacer que sean menos capaces de impedir el ingreso de gérmenes al cuerpo. Esto aumenta el riesgo de infecciones.

La mala alimentación y el riesgo de infecciones

Todas las células necesitan nutrientes para crecer y funcionar. La falta de vitaminas, minerales, calorías y proteínas puede debilitar el sistema inmunitario y hacer que tenga menos capacidad para encontrar y destruir los gérmenes. Esto significa que las personas que están mal alimentadas (desnutridas) son más propensas a desarrollar infecciones. Las personas que están desnutridas no ingieren calorías y nutrientes suficientes o el cuerpo no puede usar los alimentos que ingiere. Sea como sea, esto puede debilitar su sistema inmunitario.

Las personas con cáncer a menudo necesitan calorías extra y proteínas para brindar apoyo a las células del sistema inmunitario y otros tejidos. Por ejemplo, la recuperación de la cirugía aumenta la necesidad del cuerpo de nutrientes.

Las personas con cáncer pueden estar desnutridas por muchas razones:

  • El cáncer en sí mismo puede hacer que resulte difícil comer o digerir los alimentos. Esto es normal en personas con cánceres del sistema digestivo, boca o garganta
  • Los tratamientos contra el cáncer, como la radioterapia o quimioterapia, pueden causar náuseas y pérdida de apetito
  • Las células cancerosas agotan los nutrientes, dejando menos para satisfacer las necesidades de los tejidos normales y sanos

Las personas con cáncer a menudo necesitan ayuda de dietistas o médicos para obtener suficientes calorías y nutrientes. En algunos casos puede ser necesario recurrir a suplementos dietéticos, alimentación por sonda nasogástrica o incluso intravenosa (IV, a través de una vena).

Es importante saber que evitar o comer ciertos tipos de alimentos no afectará el nivel de glóbulos blancos (una razón por la que la función de su sistema inmunitario puede no ser normal).  Sin embargo, su médico podría hacer que se reúna con un dietista para planificar lo que debe comer y obtener ayuda para manejar los problemas de alimentación.  El asesoramiento nutricional debe incluir la importancia de obtener suficientes calorías, proteínas y vitaminas. Esto se adapta a la ingesta de alimentos y problemas de nutrición de cada persona.

Aprenda más sobre qué comer durante el tratamiento del cáncer en Nutrición para la persona con cáncer.

Los niveles bajos de glóbulos blancos y el riesgo de infección

Determinados tratamientos contra el cáncer (tales como quimioterapia, radioterapia, cirugía, trasplante de células madre o de médula ósea, o esteroides) o bien el cáncer en sí mismo pueden suprimir o debilitar el sistema inmunitario. Estos tratamientos pueden disminuir el número de glóbulos blancos (WBC) y otras células del sistema inmunitario. El tratamiento del cáncer también puede hacer que estas células no funcionen tan bien como deberían hacerlo. Esto se llama inmunosupresión. Es mucho más fácil contraer una infección cuando no hay suficientes glóbulos blancos (WBC) para destruir gérmenes, especialmente el tipo de WBC llamados neutrófilos.

Los neutrófilos constituyen una defensa muy importante contra la mayoría de los tipos de infección. Al analizar su riesgo de contraer una infección, los médicos examinan la cantidad de glóbulos que tiene. Un nivel bajo de neutrófilos se llama neutropenia . El médico probablemente le diga que está neutropénico.

 

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

 

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Actualización más reciente: marzo 13, 2020

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