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Cambios físicos a medida que se aproxima el final de la vida

Esta información ha sido redactada para la persona con cáncer, pero puede también ser útil para las personas que cuidan, quieren y apoyan a un ser querido con cáncer en estado avanzado. Puede ayudarle a encontrar respuestas a sus preguntas e inquietudes durante estos tiempos tan delicados y difíciles.

Estas son algunas de las cosas que una persona puede experimentar durante la última etapa de la vida, generalmente cuando la muerte se acerca. Es importante saber que la experiencia de cada persona es diferente. No siempre es normal sentirse mal, y a menudo hay cosas que se pueden hacer para ayudarle a sentirse mejor. También ofrecemos algunos consejos prácticos sobre cómo tratar de mantener estos síntomas bajo control.

La comunicación con las personas que están ayudando a cuidar de usted es clave. Asegúrese de informar a su equipo de atención médica sobre cómo sigue su estado de salud. Si es difícil o agotador para usted comunicarse, asegúrese de que su ser querido o cuidador le ayude a transmitir información que su equipo de atención médica necesita saber.

Cansancio

El cansancio es la sensación de estar agotado y no poder hacer las cosas a su ritmo habitual. Este agotamiento puede afectarle física, mental y emocionalmente. El cansancio relacionado con el cáncer a menudo se define como una sensación de agotamiento extremo que no se alivia con el descanso. Casi todas las personas con cáncer avanzado presentan este síntoma.

¿Qué puede hacer para sobrellevar el cansancio?

El primer paso para ayudar a controlar el cansancio es reconocer y controlar cualquier síntoma que lo empeore, como dolor, náuseas, neuropatía o estreñimiento. Otro paso consiste en tratar de prevenir que haya más cansancio al equilibrar cuidadosamente el descanso con la actividad. Si se siente cansado, deténgase y descanse. Su equipo de atención médica y sus cuidadores pueden ayudarle a encontrar las maneras de controlar estos problemas que pueden hacer que el cansancio empeore. Dígales cómo se siente y pruebe diferentes alternativas para ver si son útiles en aliviar su cansancio.

Algunos medicamentos pueden también hacer que sienta cansancio. Puede que esos medicamentos sean necesarios, pero usted puede hablar con su equipo de atención médica para averiguar si puede ayudarle el cambiar de medicamentos o tomarlos a distintas horas. Incluso podría dejar de tomar ciertos medicamentos que no están siendo útiles o que ya no son necesarios.

Cuide de su seguridad durante la actividad física. Si siente que no tiene equilibrio al estar de pie, asegúrese de tener ayuda mientras camina. Puede que sienta mayor seguridad si dispone de un andador o silla de ruedas. Su médico o equipo de atención de hospicio pueden ayudarle a conseguir el equipo que requiera para que tenga más comodidad y seguridad. Si está tembloroso, no use utensilios afilados u otras cosas que puedan causar lesiones. Si puede conducir, tenga cuidado de no hacerlo cuando se sienta cansado.

Planifique las actividades alrededor de los momentos en los que mejor se sienta y que tenga la mayor energía. Siéntese al aire libre, escuche música, dé un paseo en automóvil, pase el tiempo viendo cómo se prepara la comida; la distracción y la estimulación de sus sentidos puede que ayuden a aliviar el cansancio.

Algunas personas encuentran útil el uso de un cómodo o retrete (inodoro) portátil al lado de la cama, ya que de esta manera se ahorra el esfuerzo de desplazarse hacia o desde el cuarto de baño. Planee periodos de descanso al levantarse de la cama para que pueda sentarse y recuperar energías. Tome descansos cortos durante las actividades. Mantenga las sillas cerca para que pueda sentarse de inmediato sin usar energía adicional.

El cansancio también puede hacer que duermas más. Esto puede ser preocupante para algunas personas que podrían tener miedo de no despertar de nuevo. El necesitar más tiempo para dormir es a menudo normal en la última etapa de vida. También es común distanciarse de las personas, retraerse, concentrarse en sí mismo(a) y hablar. Aunque algunas personas desean rodearse de familiares y amigos, otras tal vez prefieran un entorno tranquilo, pacífico y sin ruido. Esté atento(a) a lo que su cuerpo desea. Asegúrese de informar a los demás lo que quiere y trate de ahorrar su energía para las cosas o las personas que sean más importantes para usted. Concentrarse en aprovechar al máximo cada momento que esté despierto es una forma adecuada de canalizar sus preocupaciones y miedos.

Puede obtener más información en Cansancio relacionado con el cáncer.

Dolor

Las personas con cáncer a menudo sienten dolor y con frecuencia temen que este empeore. El dolor relacionado con el cáncer se considera dolor crónico porque por lo general dura más que el dolor causado por otros problemas.

El tener dolor puede hacerle sentir irritable, dormir mal, reducir su apetito y perder su concentración, entre otros. Si bien el dolor no siempre puede aliviarse por completo, el dolor se puede controlar y sobrellevar. El dolor no tiene que formar parte del proceso de morir. Si siente dolor, es muy importante mantener un registro de este, reportarlo, y pedir ayuda para controlarlo.

Usted y el equipo de profesionales que atiende su salud deben colaborar para reducir cualquier sufrimiento ocasionado por el dolor y mejorar su calidad de vida. Usted debe hablar con ellos acerca de su dolor y desarrollar juntos un plan de control del dolor. Luego, ellos necesitarán que usted les diga qué tan bien su plan para el control del dolor está funcionando. Hable con ellos en cada visita, y llame entre las visitas si algo no está funcionando o su dolor empeora. No se desanime si sus medicamentos deben modificarse algunas cuantas veces para conseguir el mejor control del dolor con el menor número de efectos secundarios. Su equipo de atención médica entiende que el dolor es diferente para cada persona, y que su dolor es lo que usted dice que es. Usted debe contar con que su dolor puede y será controlado. Si no ha sido posible controlar eficazmente el dolor, puede pedir a su equipo de atención médica que le recomiende a un especialista de manejo del dolor .

Cuando usted reporta su dolor, lo mejor es describirlo con tanto detalle como pueda, incluyendo:

  • En dónde lo siente
  • Cómo siente el dolor
  • Cuánto tiempo dura
  • Cuándo comenzó el dolor
  • Qué lo alivia
  • Qué lo empeora

El llevar un registro de toda esta información en un registro del dolor puede ser de utilidad. A menudo su equipo de atención médica le pedirá que describa su dolor usando una escala de 0 a 10, siendo 10 el nivel máximo de dolor que pueda uno imaginar y 0 sin dolor en lo absoluto. El usar esta escala de dolor es también útil para poder describir el efecto que tienen las medidas que se toman para combatirlo.

Tipos, dosis y formas de medicinas contra el dolor

La enfermera o el médico evaluará su dolor y determinará el promedio del nivel o grado de dolor que usted experimenta. Hay una gran cantidad de diferentes tipos, formas y dosis de medicinas contra el dolor.

Los tipos de medicamentos contra el dolor van desde acetaminofén (Tylenol®) y  antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) a medicamentos más potentes llamados narcóticos, como los opioides (medicamentos parecidos a la morfina).  En ocasiones, puede que se usen otros medicamentos. Por ejemplo, ciertos antidepresivos o anticonvulsivantes (medicamentos para el control de convulsiones) a menudo funcionan bien contra el dolor en las terminales nerviosas. Puede que se use esteroides para ayudar con ciertos tipos de dolor, como aquel causado por la hinchazón o inflamación. Estas medicinas a menudo se dan junto con los opioides.

También hay diferentes dosis de cada medicamento. Algunas personas requieren menos medicamentos, mientras que otras requieren más, para que el dolor permanezca bajo control. Algunas pueden notar que necesitan aumentar sus dosis con el paso del tiempo. La necesidad de mayores dosis de medicamentos no tiene nada que ver con que no pueda tolerar el dolor, ni significa que usted sea una persona quejumbrosa. El cuerpo puede volverse tolerante a un medicamento, y es posible que necesite aumentar la dosis debido a esa tolerancia.

También hay muchas formas de medicina contra el dolor, como medicamentos de acción prolongada y de acción corta o rápida. Por ejemplo, hay formas de opioides de acción y liberación prolongada que se usan en determinados horarios las veinticuatro horas del día. Estos medicamentos de acción prolongada funcionan manteniendo constantes los niveles del medicamento en la sangre, lo cual ayuda a mantener el dolor bajo control por periodos prolongados. Los medicamentos de rescate, de acción corta o rápida, se pueden utilizar para controlar rápidamente el dolor intercurrente que puede ocurrir entre las dosis de medicamentos de acción prolongada. Es muy común que una persona con cáncer tome más de un medicamento para controlar el dolor crónico y el dolor intercurrente.

Los medicamentos contra el dolor también se pueden administrar de muchas maneras diferentes. Las tabletas son el tipo más común. Se pueden usar inyecciones o medicamentos contra el dolor intravenoso, y a veces se puede usar una bomba para administrar constantemente ciertas medicinas. También se dispone de parches que se pegan sobre la piel, las grageas o pastillas para chupar (en lugar de tragarse), las gotas que se colocan debajo de la lengua e incluso los supositorios que se pueden utilizar cuando sea necesario. No todos los medicamentos vienen en todas las formas, y no todas las formas pueden ser útiles para cada persona. Colabore con su equipo de atención médica para averiguar cuál funcionará mejor para su plan de control del dolor.

Otras maneras de ayudar a aliviar el dolor causado por cáncer

Con ciertos tipos de dolor, los médicos pueden realizar procedimientos especiales como obstrucciones de las terminales nerviosas, tratamientos con radiación dirigida e incluso operaciones quirúrgicas para controlar el dolor. A veces, la fisioterapia puede ser útil. Si su dolor no se encuentra bien controlado, podría ser que su médico le refiera con un especialista en manejo del dolor. Este especialista podría contar con distintas opciones para ayudarle.

Las medicinas y procedimientos médicos no son las únicas formas de aliviar su dolor. Existen otras cosas que puede hacer. Algunas personas encuentran útiles las distracciones como la música, las películas, una conversación o juegos. El uso de calor, frío, o masaje en el área que causa dolor puede ser útil. Los ejercicios de relajación y la meditación pueden ayudar a aliviar el dolor y a reducir la ansiedad en algunas personas. Tenga en cuenta que para la mayoría de las personas con dolor asociado con el cáncer, estas medidas solas no son suficientes para manejar el dolor, pero puede que ayuden a mejorar su comodidad cuando se emplean con medicamentos contra el dolor.

Señales de que una persona siente dolor

Si es usted un cuidador del paciente y su ser querido no puede expresarse acerca del dolor que puede estar sintiendo, existen señales que usted puede observar que le indiquen la presencia de dolor o malestar. Algunas señales de dolor son:

  • Respiración sonora: respiros agitados, bruscos o rápidos
  • Expresiones auditivas de dolor: gemidos, quejidos o lamentaciones
  • Expresiones faciales: expresión de tristeza, tensión, temor, enojo o llanto
  • Lenguaje corporal: tensión, puños apretados, rodillas tiesas, rigidez, agitación o acciones que aparentan que desea escapar de la zona donde está el dolor
  • Movimiento corporal: cambiar de posición buscando comodidad sin lograrlo

Poder identificar estas cosas y suministrar medicina contra el dolor según sea necesario ayudará a mantener a su ser querido lo más cómodo posible.

Puede obtener más información en Dolor relacionado con el cáncer.

Cambios en el apetito

A medida que transcurre el tiempo, su cuerpo pareciera que se desacelera. Tal vez haya notado que come menos y está perdiendo peso. Esto es a menudo experimentado por personas con cáncer avanzado, y otras que están en la última etapa de la vida.

Su cuerpo está experimentando cambios que tienen un efecto directo en su apetito. Los cambios en el gusto y el olfato, sequedad de la boca, cambios en el estómago y los intestinos, falta de aliento, náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento son solo algunas de las cosas que dificultan su capacidad de comer. Los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés y la angustia espiritual también son factores que pueden generar falta de apetito. Puede que sienta menos deseos de comer porque probablemente tiene menos movilidad, menos energía y su sistema digestivo se desacelera. Es normal que en la última etapa de la vida algunas partes de su cuerpo comiencen a desacelerarse. Puede notar que siente saciedad más rápidamente o disminuyen los tipos de alimentos que le apetece consumir. Al comer menos, las células cancerosas pueden competir con las células normales de su cuerpo por los nutrientes que usted logra ingerir y digerir. Todo esto puede causar pérdida de peso.

¿Qué puedo hacer con respecto a los cambios en el apetito?

Es importante reconocer los cambios en el apetito de manera que pueda recibir ayuda cuando sea necesario. Consulte con su equipo de atención médica sobre cuánto ha estado comiendo y sobre si es necesario tomar medidas al respecto. Por ejemplo:

  • Algunas de las causas del poco apetito pueden controlarse con tratamiento médico. Hay medicinas que pueden ayudar a estimular su apetito, disminuir la náusea y que ayudan a desplazar los alimentos en el estómago de una forma más rápida.
  • Un nutricionista podría ofrecer consejos sobre cómo aprovechar al máximo cada bocado.
  • Las bebidas o batidos suplementarios a veces pueden ayudarle a obtener la nutrición necesaria con mayor facilidad.
  • Tal vez note que puede volver a comer más cuando otras personas le acompañan a comer en la mesa.
  • Es posible que note que es más fácil ingerir comidas pequeñas  o bocadillos frecuentes durante el día en lugar de las tres comidas acostumbradas.

Puede que estas medidas funcionen para algunas personas, pero no serán útiles para la mayoría de las personas que están muy próximas a morir. En etapas más avanzadas, estos esfuerzos pueden incluso provocar que la persona se sienta peor. (Consulte Qué esperar cuando una persona con cáncer está a punto de morir).

Evite discusiones con familiares por la comida

Si usted comienza a comer menos, puede ser muy incómodo para su familia. Algunos miembros de su familia tal vez piensen que su interés por la comida representa su interés por la vida. Al rechazar la comida o comer menos, puede que para su familia parezca que está escogiendo reducir su tiempo de vida o que usted pasará hambre.

Es importante que usted y sus seres queridos hablen de estos asuntos relacionados con la comida. La última etapa de su vida no tiene que estar llena de argumentos sobre la comida. Reiteramos que la pérdida del apetito y el no poder comer le sucede a muchas personas con cáncer avanzado. El no tener ganas de comer no debe verse como una señal de que quiere dejar de vivir, ni que quiera abandonar a su familia. A menudo es una parte normal de los procesos que pueden ocurrir en la última etapa de la vida. Si tiene discusiones con sus seres queridos, procure que sepan que usted aprecia que ellos se preocupen por usted y entiende que sus intentos son actos de amor. Usted les puede decir que no está rechazando su amor, pero que su cuerpo está limitando los nutrientes que necesita.

Puede obtener más información en Problemas alimentarios.

Dificultades para respirar

El solo hecho de pensar sobre los problemas para respirar puede resultar aterrador. La dificultad para respirar y/o la falta de aliento es frecuente en personas con cáncer avanzado, algunas más que otras. Puede que esto no desaparezca completamente, pero hay maneras en que puede ser manejado.

A veces, los problemas respiratorios provocan falta de aliento, como si tuviera que tomar respiraciones con más frecuencia, o que respira más rápido y con más esfuerzo de lo normal. Podría ser que siente como si hubiera líquido o congestión en su garganta o sus pulmones, provocándole deseos por toser. A menudo estos síntomas aparecen y desaparecen. Dígale a su equipo de profesionales que atiende su salud si usted está teniendo problemas para respirar de modo que pueda recibir ayuda.

Se pueden tomar varias medidas que podrían ayudar a facilitar su respiración:

  • Trate de sentarse en posición recta, apoyarse con el uso de almohadas o recargarse sobre una mesa
  • A veces el oxígeno suministrado a través de un tubo pequeño por debajo de su nariz aliviará la mayoría de sus síntomas.
  • Los medicamentos opioides que se administran contra el dolor pueden ser eficaces en reducir la falta de aliento y relajar su respiración
  • Si existe líquido en sus pulmones, se puede administrar medicamento que desacelere su acumulación
  • A veces el abrir una ventana, una temperatura ambiente más fresca, o tener un ventilador encendido frente a su rostro ayudarán a que se sienta menos ansioso por recibir aire.
  • Le pueden enseñar técnicas de respiración y relajamiento para cuando experimente los problemas al respirar.
  • Los medicamentos para reducir la ansiedad le pueden ayudar a preocuparse menos sobre la falta de aliento.

Muchas personas con cáncer temen que la dificultad para respirar empeore conforme progresa la enfermedad. Recuerde que la situación de cada persona es diferente, y es muy difícil saber exactamente qué sucederá.

También recuerde que hay medidas que se pueden tomar para ayudar a sobrellevar cada cambio en su condición. Hablar con su equipo de profesionales que atiende su salud y reportar lo que está sintiendo les permitirá saber cómo pueden ayudarle.

Consulte Dificultad para respirar para obtener más información.

 

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

 

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Actualización más reciente: mayo 10, 2019

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